La hemodinámica es aquella parte de la cardiología que se
encarga del estudio anatómico y funcional del corazón mediante la introducción
de catéteres finos a través de las arterias y venas de la ingle o del brazo.
Esta técnica conocida como cateterismo cardíaco permite conocer con exactitud
el estado de las arterias del corazón, las presiones dentro de cada cámara
cardiaca, el funcionamiento del músculo cardiaco (ventrículos), la presencia de
anomalías congénitas y el funcionamiento de las válvulas cardiacas.
Presión en el sistema circulatorio
Es la presión ejercida por la sangre circulante sobre las
paredes de los vasos sanguíneos, y constituye uno de los principales signos
vitales.
El volumen ventricular alcanza su valor mínimo al final de la
sístole, y dicho valor se mantiene sin cambios durante la relajación
isovolumétrica, corresponde al segmento vertical entre el
cierre de la válvula sigmoidea aórtica y la apertura de la válvula mitral (AV).
Cuando la válvula mitral se abre, el ventrículo todavía se
está relajando activamente, con lo cual su presión continúa en descenso aun
cuando su volumen comienza a aumentar. La tasa de descenso de la presión es
también influenciada por factores pasivos, como la energía elástica almacenada
durante la contracción, la viscosidad tisular y la geometría de la cámara. Esta
fase corresponde al lleno ventricular rápido.
Cuando se inicia la contracción ventricular y se cierra la
válvula mitral, la presión ventricular aumenta rápidamente mientras que el
volumen ventricular se mantiene constante; esto corresponde al período
isovolumétrico sistólico (PIVS). La tasa media de aumento de la presión durante
el PIVS es de aproximadamente 700 mmHg/s en condiciones normales (como se
indica más abajo, la tasa máxima de desarrollo de presión es considerablemente
mayor).
La presión ventricular creciente llega a superar la presión
arterial diastólica o mínima. Cuando ocurre esto, se abre la válvula sigmoidea
y comienza la eyección. El volumen ventricular comienza a disminuir, pero la
presión sigue aumentando hasta un valor apenas superior a la presión aórtica
sistólica (máxima). Luego la presión y el volumen ventriculares decrecen
conjuntamente durante el resto del período expulsivo.
Concluida la eyección, se cierra la válvula sigmoidea y el ventrículo
se relaja isovolumétricamente (PIVD) hasta que su presión cae por debajo de la
auricular, con lo cual nuevamente se abre la válvula mitral.
El volumen sistólico (VS) es el volumen de sangre que el
ventrículo expulsa en cada sístole. El volumen sistólico equivale a la
diferencia entre los volúmenes de fin de diástole o telediastólico (VVFD) y de
fin de sístole ó telesistólico (VVFS).
Desarrollo de presión
isovolumétrica:Una tercera medida del inotropismo es proporcionada por la
tasa máxima de desarrollo de presión durante el PIVS.
Matemáticamente corresponde al pico de la primera derivada de
la variación de presión en función del tiempo ó (dP/dt)MAX y es casi tres veces
mayor que el valor medio de 700 mmHg/s indicado antes. El valor normal de (dP/dt)
en reposo es de aproximadamente 2000 mmHg/s.
Este índice no depende de la postcarga, pero sí de la
precarga (grado de lleno ventricular) y de la frecuencia cardíaca.
Presión sanguínea
La presión arterial
(presión sanguínea en las arterias) puede registrarse fácilmente, sin esfuerzo
y de manera indolora, lo que supone una ventaja tanto para los pacientes como
para los médicos. La presión sanguínea se mide en mmHg (milímetros de
mercurio). Los valores de presión arterial normales en los adultos se sitúan
aproximadamente en 120/80 mmHg, a partir de 140/90 mmHg se habla de
hipertensión arterial. La primera cifra se denomina “valor sistólico”; la
segunda es el “valor diastólico”.
Tensión arterial y flujo sanguíneo
La tensión arterial o presión sanguínea es esencial para que
la sangre pueda circular por los vasos sanguíneos y cumpla su función de llevar
a todos los tejidos del organismo el oxígeno y los nutrientes que necesitan
para mantener correctamente su actividad. Se puede definir como la fuerza que
la sangre ejerce sobre las paredes de las arterias, que es más alta (presión
sistólica) cuando el corazón la bombea hacia las arterias y más baja (presión
diastólica) entre un latido y otro del músculo cardiaco.
Tipos de tensión
arterial
Atendiendo a los valores de la tensión arterial (el primero
es la tensión sistólica o alta y el segundo la diastólica o baja), ésta se
clasifica del siguiente modo:
• Normal: los
valores que determinan la normalidad pueden oscilar entre 90/60 y 130/90 mm de
mercurio.
• Hipotensión o
tensión baja: cuando se produce una caída de 20 mm de mercurio sobre los
valores que se tienen habitualmente.
• Prehipertensión:
en una clasificación recientemente incorporada y que está determinada cuando el
valor de la tensión arterial se encuentra entre 130/80 y 140/90 mm de mercurio.
El flujo sanguíneo es la cantidad de sangre que atraviesa la
sección de un punto dado de la circulación en un período determinado.
Normalmente se expresa en mililitros por minuto o litros por minuto, se abrevia
Q.
Flujo laminar
En condiciones normales la sangre fluye de manera laminar en
los vasos arteriales y venosos. Una excepción son las raíces de la aorta y de
la arteria pulmonar. En ellas normalmente se supera el número de Reynolds
durante la sístole, lo cual origina un breve período de flujo turbulento
durante la fase de eyección. En condiciones anormales, como estenosis de las
válvulas cardíacas o aneurismas, es frecuente que se generen las condiciones
apropiadas para que aparezca turbulencia, la cual suele manifestarse
clínicamente en forma de soplos.
Flujo turbulento.
En determinadas condiciones el flujo puede presentar
remolinos, se dice que es turbulento. En esta forma de flujo el perfil de
velocidades se aplana y la relación lineal entre el gradiente de presión y el
flujo se pierde porque debido a los remolinos se pierde presión.
En la circulación
sanguínea en regiones con curvaturas pronunciadas, en regiones estrechadas o en
bifurcaciones, con valores por encima de 400, aparecen remolinos locales en las
capas limítrofes de la corriente. Cuando se llega a 2000-2400 el flujo es
totalmente turbulento. Aunque la aparición de turbulencias no es deseable por
el riesgo que tienen de 2 producir coágulos sanguíneos, se pueden utilizar como
procedimientos diagnósticos, ya que mientras el flujo laminar es silencioso, el
turbulento genera ruidos audibles a través de un estetoscopio. (Miranda Muñoz
et al. 2014)
Flujo estacionario
La ley de Poiseuille está formulada para condiciones en las que la velocidad media de avance del fluido permanece constante. Este presupuesto ciertamente no se cumple en el árbol arterial, en el cual el flujo es pulsátil. En cada ciclo cardíaco la sangre sufre aceleraciones y deceleraciones que involucran fenómenos inerciales no previstos en la ecuación de Poiseuille. Esto introduce un error que oscila entre 10 y 20 % en los cálculos basados de caudal basados en la presión media.
Mecánica circulatoria
En cada contracción, se producen numerosos ciclos de unión de
la miosina a la actina, seguidos de un desplazamiento de los filamentos finos
debido a un cambio conformacional del ángulo que forma la cabeza de miosina con
el eje del filamento grueso. Este fenómeno, llamado “golpe de potencia” (power
stroke) es el responsable del desarrollo de fuerza contráctil.
Las sucesivas y alternadas contracciones y relajaciones
permiten que el corazón funcione como una bomba, impulsando la sangre desde las
venas hacia las arterias. Este patrón mecánico se denomina ciclo cardíaco, y
consta de dos fases principales: la diástole o fase de relajación; y la sístole
o fase de contracción.
Para que las fibras cardíacas inicien el proceso mecánico de
la contracción es necesario que la información eléctrica localizada a nivel de
la membrana se introduzca al citoplasma celular, que es el lugar donde se
encuentra la maquinaria contráctil; por ello, el primer fenómeno que han de
estudiarse es el tránsito de esta información, denominado acoplamiento
excitacióncontracción.
El aparato circulatorio puede constituir uno de los ejemplos
más claros y más asombrosos de sistemas de flujo por tuberías que se puede
encontrar ya sea hecho por la naturaleza o por el hombre. Esta mecánica depende
de dos factores:
1. La diferencia
de presión entre los dos extremos del vaso que es la fuerza que empuja la
sangre por el mismo.
2. La dificultad
de la circulación a través del vaso que se conoce como resistencia vascular. (Polo, Sánchez, y Aroca
2016)
Sístole
La contracción de las aurículas hace pasar la sangre a los
ventrículos a través de las válvulas auriculo-ventriculares. Mediante la
sístole ventricular aumenta la presión interventricular lo que causa la
coaptación de las válvulas auriculo-ventriculares e impiden que la sangre se
devuelva a las aurículas y que, por lo tanto, salga por las arterias, ya sea a
los pulmones o al resto del cuerpo. Después de la contracción el tejido
muscular cardíaco se relaja y se da paso a la diástole, auricular y ventricular.
Esta contracción produce un aumento de la presión en la
cavidad cardiaca auricular, con la consiguiente eyección del volumen sanguíneo
contenido en ella.
Diástole
La diástole es el período en el que el corazón se relaja
después de una contracción, llamado período de sístole, en preparación para el
llenado con sangre circulatoria. En la diástole ventricular los ventrículos se
relajan, y en la diástole auricular las aurículas están relajadas.
Durante la diástole las aurículas se llenan de sangre por el
retorno venoso desde los tejidos por la vía de la vena cava superior e inferior
y se produce un aumento progresivo de la presión intra-auricular hasta superar
la presión intra-ventricular.
Durante la diástole ventricular, la presión de los
ventrículos cae por debajo del inicio al que llegó durante la sístole.
Pulso
Es la pulsación provocada por la expansión de sus arterias
como consecuencia de la circulación de sangre bombeada por el corazón. Se
obtiene por lo general en partes del cuerpo donde las arterias se encuentran
más próximas a la piel, como en las muñecas o el cuello e incluso en la sien.
Medición del pulso
El pulso se mide manualmente con los dedos índice y medio; el
pulso no se debe tomar con el dedo pulgar, ya que éste tiene pulso propio que
puede interferir con la detección del pulso del paciente. Cuando se palpa la
arteria carótida, la femoral o la braquial se tiene que ser muy cuidadoso, ya
que no hay una superficie sólida como tal para poder detectarlo.
La facilidad para palpar el pulso viene determinada por la
presión sanguínea del paciente. Si su presión sistólica está por debajo de 90
mmHg el pulso radial no será palpable. Por debajo de 80 mmHg no lo será el
braquial.
Por debajo de 60 mmHg el pulso carótido no será palpable.
Dado que la presión sistólica raramente cae tan bajo, la falta de pulso
carótido suele indicar la muerte. (Martínez et al. 2015)
interesante informacion muchas gracias por comprtirla
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